El Conde Lucanor le contaba a Patronio que determinadas personas estaban haciendo uso de mentiras tan perfectas en su contra que la gente estaba creyendo.
Decía que el también podría ser capaz de crear mentiras tan perfectas en contra de estos que hablaban mal de el, pero sabía que la mentira no era el mejor método para conseguir algo.
Entonces Patronio le contó lo siguiente:
La Verdad y la Mentira, que eran amigas, decidieron plantar un árbol. La Mentira, mediante su arte de mentir, convenció a la Verdad para que ella se quedase con la parte de las raíces del árbol y ella se quedaría con la parte superior, afirmando que esta era realmente la peor parte, pues se encontraba al alcance de los humanos y en cualquier momento podría ser destruida.
La Verdad, muy ingenua aceptó.
La Mentira era muy feliz disfrutando de los frutos que daba el árbol, de su sombra y de toda la gente que tenia a su alrededor, pero un día obviamente, la Verdad tenía que alimentarse y así lo hizo. Se alimentó de las raíces del árbol.
Como consecuencia, el árbol fue deteriorándose hasta el punto de caer sobre toda aquella gente que estaba a su alrededor, entre ellas incluida la Mentira. Todos quedaron gravemente heridos incluso algunos, muertos.
La moraleja de este cuento es que, todo aquel que utilizando la mentira sea feliz, esa felicidad no le durará para siempre. Algo malo hay detrás.
Sin embargo, aquellos que disfrutan de la verdad, aunque en algún momento no estén felices, están haciendo lo correcto, lo que hay que hacer y pueden vivir sin el temor de saber que tendrán alguna mala consecuencia por prescindir de la mentira.
sábado, 21 de noviembre de 2009
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